Honda CX500 Cafe Racer – Ed Turner
Honda CX500 Cafe Racer – Ed Turner
Honda CX500 Cafe Racer – Ed Turner. Otra moto con la que este constructor revoluciona la cultura Cafe Racer y nos deja con la boca por los suelos. Perdón por la expresión, pero es que tela marinera la creatividad, ingenio y exclusividad que derrochan sus trabajos.
No soy un loco de los colores llamativos, el rojo, verde y amarillo, no son unos colores que digamos que me gusten tenerlos en mi moto. Pero tengo que reconocer que la pintura aplicada por Karl-Renoult siempre me parece un acierto. Le da a todos sus trabajos una chispa rollo graffiti, urbano y custom, convirtiendo unas combinaciones de colores que me encanta.
En esta ocasión el constructor francés Ed Turner te sorprende con una máquina brutal. Se trata de una Honda CX500 Cafe Racer. Un encargo realizado por un cliente llamado Kevin que tenía un concepto y unas ideas en mente.
Pero Karl, con una imaginación sin límites, expresó que sería mejor utilizar como base una Moto Guzzi. Una opinión que no veía clara el propietario y que decidió seguir con la Honda CX500.
Teniendo la moto confirmada, Karl se puso a tope desmontando la moto por completo hasta dejar solo el chasis. Ahí fue cuando se dio cuenta, que ciertas ideas de Kevin no iban a quedar muy bien con la línea de este modelo.
Para que el final gustase a Kevin y que Karl no tuviese que limitar su creatividad. Se reconstruyó todo el chasis desde cero, creando unas líneas y ángulos nuevos más estilizados.
En la parte trasera, una conversión de la doble amortiguación, pasó a ser un solo amortiguador Öhlins. En la parte delantera una horquilla procedente de una Triumph Speed Triple, mejora notablemente la conducción de la moto.
Semimanillares para el toque racing, frenos de BMW para una frenada más segura y llantas pulidas para darle un mejor aspecto. Ya que pintadas, para mi gusto, no hubiesen encajado en el diseño.
El motor fue revisado y comprobado por completo, dejando unas partes en negro, otras pulidas y el bloque, con un rojo que le da mucha caña y carácter a toda la transformación.
La batería se ha colocado por debajo del basculante. El radiador cambiado junto con un ventilador eléctrico, refrigeran el motor OHV en V.
Nuevo sistema de colectores y escapes artesanales, suben por el motor siguiendo la forma del chasis, para acabar por debajo del asiento monoplaza tapizado en alcantara.
El depósito está fabricado en una sola pieza, con una combinación de fibra de carbono, kevlar y resina, que hace que sea muy resistente.
Mini-interruptores, nuevas palancas de freno, embrague y puños Biltwell, quedan ni que pintados con el faro de rally.
Para seguir con el aspecto visual más limpio, se instalaron unos pequeños intermitentes de LED y un piloto trasero formado por una ligera tira de LED.
Los neumáticos fueron montados en colaboración con la marca Avon, colocando unos Roadrider.
Otros detalles, como las letras orientales del motor y el sol naciente en la tija superior, dan en el clavo para un estilo japo.
Toda esa gran lista de cambios que fueron implementados y salidos de la brillante mente de Karl, han hecho que esta Honda sea una moto única y exclusiva. Y todo ello gracias a la libertad de creación, que como sabes, cuando te dejan imaginar, nace algo espectacular.
Y si no, que se lo pregunten a Kevin, que cuando vio el resultado, se quedó totalmente asombrado. Al final todo salió bien ;)
Como ya te he comentado al principio del post, pienso que es un trabajo de diez. Por ello, enhorabuena a Ed Turner a François Richer por las magníficas fotos y muchas gracias a Bike EXIF por toda la info ¡GAS!
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